Los antecedentes históricos de la Traumatología se recogen a través de la historia de la medicina en múltiples referencias de quienes se dedicaban a tratar enfermos con traumatismos, fracturas, heridas o deformidades.
De esta manera ya Hipócrates, hizo referencia a técnicas de tracción continúa, inmovilización con férulas, para el tratamiento de fracturas, como asimismo el tiempo estimado de consolidación. En su tratado sobre articulaciones, describe la técnica para la reducción de la luxación de hombro, articulación acromio clavicular, temporomandibular, como así también de rodilla, cadera y codo.
Galeno fue quien tuvo una influencia decisiva en el estudio de la osteología, los músculos y el papel de transmisión que le cabe a los nervios en su función de enviar señales a los músculos desde el cerebro.
Se atribuye a la medicina persa la implementación del yeso en el siglo X, con el agregado de agua al polvo de sulfato cálcico deshidratado, para el tratamiento de fracturas y otras lesiones óseas de los miembros.
Ya ubicados en el siglo XIV se encuentran referencias del uso de la tracción continua a través de pesos y poleas para la reducción de fracturas femorales. En esta época la separación entre la medicina y la cirugía era notable, siendo la primera una actividad reglada que se enseñaba en las cátedras de las escuelas de medicina, y la cirugía una actividad menor realizada por barberos que realizaban sangrías, amputaciones, y extracciones dentarias.
Ambrosio Paré en el siglo XVI fue el primero en describir una fractura expuesta tratada con éxito sin amputación, y el método de mantener limpias las heridas como medio para que las mismas cicatricen y curen con mayor éxito que con el método de cauterización habitual (consistente en el volcado de aceite hirviendo en la herida). También fue el primero en describir la fractura de cuello femoral y los desprendimientos epifisarios en niños.
En el siglo XVIII el inglés, James Yonge expone una técnica para las amputaciones, consistente en cubrir el muñón de amputación mediante un colgajo de piel sana. Es precisamente en este siglo que aparece por primera vez la nomenclatura “Ortopedia”derivado del griego orthos : derecho ,paidos : niño, el Dr. Nicolas Andry de Boisregard , decano de la Facultad de Paris publica “Orthopaedia” libro dedicado a corregir y prevenir deformidades en niños , también se sindica a Andry como el responsable del emblema que actualmente identifica a la ortopedia un árbol torcido que se intenta corregir con una guía externa en forma de sarmiento.
Jean-André Venel, estableció el primer instituto ortopédico del mundo, localizado en Suiza, se trataba del primer hospital dedicado de forma específica al tratamiento de las lesiones y deformidades esqueléticas en niños. Siendo de esta forma el primer ortopedista y padre de la ortopedia, pues su instituto ortopédico sirvió como modelo para muchos otros centros similares.
En el siglo XIX se realizan cambios profundos en lo que a la aceptación de la cirugía como parte de medicina se refiere, aunado esto al hecho que el desarrollo de la anestesia permitía mayor posibilidad de trabajar sobre los fragmentos óseos expuestos, se mejora la perspectiva de resolución a cielo abierto de las fracturas, y a finales del siglo XIX y principios del XX el desarrollo de los rayos X y la implementación por parte de Joseph Lister del concepto de antisepsia , permitió una mejor respuesta de los pacientes sometidos a tratamientos cruentos , disminuyendo significativamente los casos de septicemia que coronaban mayoritariamente las intervenciones hasta ese momento.
Wilhelm K. von Röntgen obtuvo la primera radiografía en 1895, que era de los huesos de la mano de su esposa, logrando de este modo cambiar la traumatología como se concebía hasta ese momento, ya que permitía observar las características de las lesiones óseas de una manera que revolucionó la especialidad y dándole a la cirugía ortopédica el sesgo que aún posee hasta la actualidad.
El siglo XX nos trajo un gran número de avances médicos, en todas las áreas, pero tal vez la traumatología fue una de las más beneficiadas. Las dos guerras mundiales, con la gran cantidad de soldados y civiles lesionados, lograron que se desarrollaran tratamientos novedosos como el clavo endomedular de Küntscher para el tratamiento de las fracturas de fémur, y la fijación externa en el tratamiento de las fracturas abiertas. Pero uno de los avances más importantes se realizaría en los años 60 en Inglaterra. Allí un traumatólogo logró un avance tan importante que años después la reina de Inglaterra le conferiría el título de caballero: Sir John Charnley. Lo que Charnley logró fue la sustitución de caderas enfermas por piezas de metal y plástico, el llamado reemplazo articular.